Hace
tiempo que me perdí en el abismo de mi laberíntica psique. Me hundí sin que
pudiera hacer esfuerzo alguno por detener el descenso. Y en la caída perder la
razón, ser arrebatado de todo punto de apoyo para salvarme del vórtice del
desquicio.
Fui
consumido por mi propia oscuridad, me dejó vacío en mi lucha contra aquello en
lo que negaba a convertirme. Y ahora no queda mas que los restos de lo que
solía ser un humano. Soy sólo huesos esperando a convertirme en polvo. No hay
nada de mí que te ayude a reconocer el cadáver de aquello que fui.
Quisiera
poder regresar el tiempo y hacer lo correcto para mantenerte feliz. Permanecer
alejado de ti, sumergidos en ignorancia mutua. Quedarme en la distancia, donde
la gravedad no nos impulsara al encuentro catastrófico.
Olvidar
mi curiosidad, deseo de conocer cada sistema solar de tu cosmos, pasear por tus
galaxias y descubrir toda la vida en ti. Evitar que el agujero negro que soy
consumiera tus estrellas con voracidad.
Me
arrastra el oleaje que expande las fronteras de mi espacio. Más nada por llenar
sin que exista lo que pueda saciarlo. Deformación temporal y espacial saturada
de materia oscura que mantiene la cohesión del colapso acaecido.
No
quiero recostar la cabeza en la almohada y descubrirme pensando en ti. Sólo
para lograr dormir y toparme con tu silencio en el campo onírico.
Representación perfecta de la fulminante respuesta en esta realidad. Y que la
sonda con mi mensaje viaje por una eternidad, sin lograr llegar a donde estás.
Por J. Reed