domingo, 20 de agosto de 2017

Mirage Over the Horizon




¿Qué sentido tiene tratar de hacerme con lo que quiero? ¿Con aquello que se me presenta como deseo, objeto utópico de mi placer? Mi voluntad no basta para hacerlo asequible, pues ahí donde se centra mi anhelar es sólo un engaño, la ilusión que se desvanece con tan sólo tocarla.


Espejismo de mis necesidades que no alcanza a representar lo que el lenguaje desfiguró. Significante incognoscible sin signo aparente, un reflejo, tal vez una sombra que se esconde en la periferia.


El camino es interminable, se ramifica sin que lleve a ningún lado. La aparente meta se encuentra en constante movimiento, si es que acaso alguna vez estuvo en verdad allí. A cada paso una nueva posibilidad, mayor la incertidumbre.


Deambulo en búsqueda de aquel brillo que parpadea intermite. Siempre a la distancia, inaccesible. Tan pronto creo estarme acercando, tenerlo a un palmo de distancia, vuelve a ser consumido por la nada. Las tinieblas se hacen con ella cual si nunca hubiese existido.



Son mis necesidades las que me impulsan, la falta su origen, y la futilidad su fin. El goce no logra aminorar el sufrimiento que pavimenta mi andar. De carácter efímero, perdió su efecto tras la realización de su falsedad. ¿Qué queda ahora si no la vacuidad del todo? Vagar como un ciego en la perpetuidad de la noche.




Por J. Reed

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